Cíclope Ambicioso MANIFIESTO

El vértigo inscrito en la imagen de un solo ojo provoca la alucinación. Pensar el ojo solitario conjura un pozo de reflejos donde un lector se observa en el espejo y se descubre a sí mismo, como un oráculo que revela las deformaciones del sueño, un Aleph que nos muestra el universo. El cíclope, monstruo humano que no logra desenfocar la vista, no puede sino ser él mismo.

El cíclope que nos acompaña como un miembro más de este colectivo es el Polifemo de Góngora. Esa quimera entrañable que conjuga la bestialidad de la belleza, o viceversa. Cuando pensamos en la ausencia de un par, en un solo ojo, la imagen de dos cíclopes chocando frentes nos arrebata y nos conmueve: extrañeza poética que brota de la sobredimensionalidad. El Polifemo se realiza en un grito, un ruido cuya estridencia vibra con literatura, eso que se anuncia como distinto, que conoce la multiplicidad de la palabra “nadie” y se deleita en el engaño. La voz en el desierto, el que escribe sin saber si alguno lo leerá.

Como un personaje atonal, Polifemo se ríe amargamente de lo establecido, su mera existencia rompe con el falso paraíso que lo rodea, profundizándolo, resignificándolo, expandiéndolo. Polifemo se desgarra como un humano, entiende la experiencia que te parte en dos y cómo se siente reconocerse en algo que, aunque sea por un instante, nos sugiere la unidad recobrada. Es un cíclope ambicioso que interrumpe la realidad, cuya meta siempre excede sus posibilidades, que se tuerce de ganas, que es obsesivo y certero, un lector insaciable.

1 Como el cíclope, miramos hacia una sola ambición: la literatura, en todas sus manifestaciones y formas.

2 Creemos en el mantra del excesivo de Lezama Lima con ecos del Lunarejo: "Solo lo difícil es estimulante". Si un texto bueno no te parece difícil, dale más cabeza, seguro lo es y no te has dado cuenta.

3 Lo real y lo onírico son los dos espejos entre los que se gesta el arte. La literatura es una explosión que extiende y pone a prueba las posibles relaciones entre la humanidad, el cíclope y el mundo.

4 La palabra es fluida, fragmentaria y total como el agua. Los únicos géneros que debemos evitar son los secos: autoayuda, propaganda y libros académicos concebidos expresamente para que nadie los lea.

5 La literatura cuestiona, desmenuza y noquea cualquier concepto o identidad en lugar de reforzarla. Escribir es una de las tretas del “débil”, reconoce y valora la humanidad de cada escritor, lector y personaje.

6 Dime tu primera oración y te diré quién eres.

Libros que nunca publicaremos
EDITORIAL
LITERARIO

7 No creemos en el lucro, la expansión ni la explotación. Solemos salir perdiendo.

8 Amamos el perfeccionismo y detestamos el concepto de profesionalismo.

9 Odiamos los eventos fatuos, las conferencias insulsas y toda la maquinaria de autocelebración porque como dijo Piglia, hasta los paranoicos tienen enemigos.

10 La traducción es un acto peligrosamente altruista. Leer en traducción no es pecado.

11 Toda obra de Cíclope podrá, y ojalá sea, reproducida y distribuida. Saquen copias, manden PDFs, no hay problema.

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UNDECÁLOGO